En 2020 tomó impulso la digitalización de los servicios financieros y a la bancarización

La digitalización de los servicios financieros cobró impulso ante la necesidad de evitar la movilidad de las personas, para prevenir el contagio de COVID-19.

Los bancos miembros de ABANSA trabajaron intensamente para acercar, aún más, los servicios bancarios a los clientes, lo que se reflejó en el incremento de transacciones por medio de canales digitales.

Así, las transferencias entre bancos miembros por medio del sistema UNI (ACH) aumentaron 245.1% anual a diciembre de 2020, también incrementaron las transferencias por banca electrónica en 42.9%; estas últimas, para todo el sistema financiero, crecieron 55%. En cambio, los medios de pago que requieren traslado físico disminuyeron -transferencias por kioskos o ventanilla, cheques, entre otros- (gráfico).

Transacciones en medios de pago distintos del efectivo. Crecimiento anual a diciembre de 2020  (%)

El número de cuentas de depósito de ahorro aumentó en 59,587 nuevas cuentas, lo cual se impulsó por las cuentas de ahorro simplificadas, aumentando la bancarización.

La confianza de los clientes en la banca se reflejó en la trayectoria de los depósitos

A diciembre de 2020 los depósitos crecieron 11.5% anual, alcanzando US$15,250 millones. Las captaciones a plazo eran las más representativas (33.9%), seguidas por las de cuenta  corriente (31.2%) y en tercer lugar las de cuenta de ahorro (30.6%).

La solidez y solvencia de la baca respalda la confianza del público, con amplia liquidez (39.5%) y solvencia (14.8%), por encima de lo requerido (17% y 12%, respectivamente); la cobertura de reservas sobre la cartera vencida era 205.1%.

Por otra parte, hasta abril de 2020, el crecimiento del crédito de la banca rondaba 5.8% anual, la tendencia posterior refleja la menor actividad económica, a diciembre se desaceleró a 1.1%.

Un escenario mundial de contracción económica  

Las previsiones económicas globales para 2020 del Banco Mundial, señalan una contracción del PIB del mundo de 4.3%; en la región, El Salvador se contraerá 7.5%, junto con Honduras (-9.7%) y Panamá (-8.1%), tendrían el mayor impacto.

El panorama para 2021 ha mejorado, se prevé que el PIB mundial se expanda 4% y aumentará el comercio internacional, favoreciendo la demanda de exportaciones locales y las remesas familiares.

Para 2021, entre los principales retos del país se tiene la necesidad de aumentar la inversión, generar más empleo formal y recuperar el crecimiento económico, así como la sostenibilidad fiscal, donde el déficit sea menor y se garantice el servicio de la deuda.

Un acuerdo con el FMI podría facilitar que se mantenga la estabilidad fiscal y que la economía se recupere; también, enviaría una señal positiva a los inversionistas y contribuiría a mejorar la calificación de riesgo soberano.